El 17 de junio de 2011 colgué en Internet de manera libre mi novela. ¿Por qué no la publiqué en papel? Porque es un divertido experimento que siempre quise hacer. La novela quiso ser publicada ese día, y no me pregunten la razón, y como muchas cosas extrañas que han rodeado a esta publicación, el día que vio la luz pública también fue cosa de los dioses del Olimpo artístico. Escribir una novela es difícil, es un proceso largo muy solitario, lleno de conflictos internos, de miedos, de indecisiones, de dudas; sin embargo, es un camino tortuoso lleno también de alegría, de entusiasmo y de magia. Cuando tenía 13 años leí "Cien años de soledad" de García Márquez, y pensé que algún día yo también escribiría una novela. Sólo fue 23 años después, cuando este sueño se pudo hacer realidad. Escribir cuentos, escribir ensayos, es una cosa, pero escribir una novela es una aventura bien diferente. Crear personajes ficticios, situaciones imaginarias, conflictos dramáticos es un verdadero laberinto mental. Pero lo llevé a cabo, lo hice, y publicar da temor. Temor a la crítica, tanto buena como mala, a la indiferencia, o simplemente a la exposición pública de un trabajo que es privado, íntimo, y personal. Escribir "La dignidad de los soldados del tiempo dorado" fue mágico y gozoso, fue una alegría continua de emociones, y de felicidad por el simple acto creativo. Crear nos vuelve conscientemente parte de un todo, nos desaparecemos. Fui feliz escribiendo la novela, y si yo fui feliz creando, otros lo serán disfrutando de la creación. Mi gusto por el misterio, por los secretos que no se han revelado, por las historias tipo "thriller" me llevaron a concebir la novela, que prácticamente se centra en una historia muy simple de persecuciones, hechos cómicos, historias inventadas, y la infaltable historia. "Los soldados del tiempo dorado" son un grupo de personajes aficionados a la investigación histórica del siglo XVIII, el llamado siglo de las luces, y en esas investigaciones descubren una serie de secretos. A algunas personas no les conviene que se sepan esos secretos y deciden crear unas sociedades paralelas para mantener a buen recaudo la infomación y de cierta forma emular al grupo. La historia es cómica, es simple, y deja un sabor extraño en el lector, como me la dejó a mí, el escritor; una especie de insatisfacción de querer saber más, de ahondar más, pero, la novela quiso que así se escribiera. Me han preguntado si la novela tiene secuela o precuela, y ya contesté que no, que la historia ha culminado y que Pedro Beryabian, el profesor Ayeztre, Laura Quierak, el barón Baidebaikel, Albert Kullt, y los otros personajes ya tuvieron su cuarto de hora, y que las secuelas son muy bonitas para quienes se sumergen demasiado en un mundo imaginario, y yo ya probé el mundo de "Los soldados del tiempo dorado", que aunque me gustó, no quiero volver a afrontarlo por temor a descubrir nuevos misterios o nuevas verdades decididamente incómodas para el escritor. Los personajes son amigos que yo ya despedí y que algunos hasta ahora conocen. "La dignidad de los soldados del tiempo dorado" es una novela cómica de misterio y de suspenso, aunque tiene un tufillo muy de Salinger y de otros escritores simplistas, aunque no simples, ya que Salinger es simplista pero no simple, porque sus historias con narradas de manera muy sencilla pero su transfondo es complejo. En el caso de mi novela, la narración es simple pero cada quien saca sus propias conclusiones. Muchas gracias por leer mi novela, una divertida historia que me dio mucha alegría al escribirla y que sin duda alguna les dará mucha alegría al leerla, o puede que no, ya que simplemente les haga pasar un momento de esparcimiento o de aburrimiento, según el estado de cada quien al degustarla.
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